Vamping tecnológico: qué es y cómo afecta a nuestra salud

Este fenómeno provoca la pérdida de horas de sueño por estar frente a la pantalla

El teléfono móvil se ha convertido en una adicción. Rara vez pasamos más de una hora sin mirarlo y los motivos son de lo más variado: llamadas, compras online, mensajes de Whatsapp o revisar (una y otra vez) las fotografías e historias de Instagram.

Tal es la adicción que nos vamos a la cama a deshora y con el móvil en la mano. Este es el caldo de cultivo para que aparezca el vamping tecnológico. Este fenómeno, del que se habla desde hace años, provoca la pérdida de horas de sueño por estar frente a la pantalla.

Los expertos e investigadores del grupo Cognitive NeuroLab y del instituto Brain 360 advierten de lo nociva que es esta práctica para la salud mental y física de los jóvenes.

Establecer rutinas
Para evitarlo, la clave son las rutinas. “Hay que establecer horas fijas para acostarse y levantarse”, recomienda Diego Redolar, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del grupo Cognitive NeuroLab y del instituto Brain 360. Por su parte, José Ramón Ubieto, docente colaborador de estos estudios, llama a “negociar y establecer momentos en los que no se pueda usar las pantallas” para evitar este tipo de abuso.

Ambos expertos advierten de que el encierro que supuso la pandemia del coronavirus ha “exacerbado” el número de horas que los jóvenes pasan con el móvil o la tableta, y alertan de los efectos.

Así lo indica un estudio del año pasado advierte de que el 81,5 % de los jóvenes modificó sus ritmos de sueño y muchos tuvieron problemas para conciliarlo. Algunos llegan a recibir o enviar hasta 100 mensajes diarios a través de sus dispositivos móviles. Los investigadores reconocen que los nervios o la preocupación por la covid pudieron afectar, pero también apuntan al “uso exagerado” de dispositivos tecnológicos durante la noche.

Pero este problema viene de lejos. Estudios anteriores han alertado de que casi el 70 % de los adolescentes españoles no dormían las horas suficientes, entre ocho y diez; que más del 60 % de los adolescentes tenían su móvil en la habitación cuando se iban a la cama, y que hasta el 80 % estaban una o dos horas consultando la pantalla cuando sus padres pensaban que estaban durmiendo.

Irritabilidad, cansancio y falta de atención
La falta de sueño no solo provoca irritabilidad, cansancio, dolor de cabeza o falta de atención, según enumera Redolar, sino que tiene efectos en el crecimiento: “Hasta los 20 o 25 años, el sistema nervioso no está desarrollado, y hay que cumplir una serie de hitos; si no se duermen las horas necesarias, además de las consecuencias para la persona adulta, estamos olvidando algo muy importante para el desarrollo cerebral”.

“La luz de las pantallas en horas en las que se debería estar durmiendo envía al cerebro información contradictoria, que puede afectar a diferentes sistemas del organismo y a la regulación de nuestros ritmos endógenos”, señala Ubieto.

Recomendaciones para evitar el vamping tecnológico
En declaraciones a Efe, Manuel Armayones, experto en el impacto de estas nuevas tecnologías y autor del libro El efecto smartphone: conectarse con sentido, da cinco consejos para desconectar de las pantallas:

1. Normas claras
Los padres tienen que dar el primer paso y regular el consumo de las pantallas. Mediante una conversación se les debe explicar la importancia de descansar y lo qué se puede hacer o no con el móvil.

2. Negociar sin miedo
Cada caso es diferente. “Si un niño se porta bien y tiene buen rendimiento escolar”, podemos darle un premio como “dejarle el móvil un ratito más”. Sin embargo, si el uso de estas herramientas es un problema, “es importante restringir su uso”.

3. Ofrecer alternativas
Los niños suelen exigir el móvil cuando se aburren. El deporte, las manualidades, el cine y otras muchas ideas son una buena alternativa.

4. Dar ejemplo
Si los consejos que recibe el niño no son reflejados en sus padres, hará caso omiso a las normas. El uso excesivo de pantallas no solo perjudica a los más pequeños, sino que los adultos pueden llegar a tener también problemas.

5. Sin contraseñas
Los dispositivos que utilizan los niños deben estar siempre bajo supervisión, es decir, nada de contraseñas ni pantallas de bloqueo. Este experto sostiene que el control parental debe estar presente durante su uso, porque “es más importante la seguridad de los niños que su privacidad.

Fuente: Mundodeportivo